És un fragment de "Nocilla Dream" L'he llegit de presa, m'he aturat un moment, l'he rellegit més apoc a poc i després he dit: Sí, sí, sí. I vosaltres, què hi dieu?
Al sur de Las Vegas Boulevard, sobrepasando en
muchos kilómetros la zona de los casinos, exactamente
en el momento en que miras hacia atrás y, como en El
Rayo Verde, ves por el retrovisor el destello del último
casino en el horizonte, te encuentras de frente con un
apartahotel de dos pisos de altura de la cadena Budget
Suites of America. Un cartel anuncia que hay descuentos para quien se quede más de una semana, las mantas
van aparte, así que a una inmigrante adolescente puertorriqueña tuvieron que cortarle 3 dedos del pie derecho
por congelación el invierno pasado; parece ser que
lamentó haberse pintado las uñas el día anterior con una
laca muy cara que había comprado en Puerto Rico para
ir radiante a las entrevistas de trabajo. Si esa muchacha
viviera en Japón, esa reducción de pie significaría una
especie de suerte divina a la que sólo las geishas tienen
acceso. Si viviera en New York constituiría el signo de
inmensa riqueza propio de las señoras de la 5a Avenida,
quienes se mutilan los meñiques de los pies para poder
llevar los afiladísimos zapatos de punta de Manolo
Blahnik [después meten los dedos resultantes de la mutilación en formol o similar para tenerlos en casa y ense-
ñar a todo aquel al que se le quiera dejar claro el status
económico y social]. El aparcamiento del complejo está
moteado de furgonetas y casas rodantes. Han llegado a
constituir un poblado.Cada día es un reto para la promesa que, de una u otra forma, todos se hicieron cuando
llegaron: prosperar en Las Vegas. Todo este tinglado es
el equivalente al de los carromatos de los pioneros y
soñadores que se colocaban en círculo para hacer noche.
En los últimos 5 años, este lugar se ha convertido en la
frontera real más allá de la cual se extiende la tierra prometida. Todo está aquí tan saturado de sueños que ha
devenido en un lugar mágico. Rose cuida en un habitáculo de 30 m2de sus tres hijos. Hace cada día una ronda
por las despensas de las iglesias y los buffets baratos de
los casinos. Los utensilios con los que comen y la vajilla
descasada son de origen contenedor. Uno de los hijos,
Denny, trabajó en una copistería de folletos del negocio
del sexo pero lo echaron porque se masturbaba con
demasiada frecuencia en horas de trabajo; el resto ni han
llegado a conseguir trabajo. La hermana mayor, Jackie,
fue tirando mientras estuvo arrimada a un exboxeador
llamado Falconetti. Venía de San Francisco, recién licenciadodel ejercito, haciendo una quimérica ruta a pie que
invertía el viaje de Colón. Estuvo un par de meses con
Jackie y antes de irse ella le dio como recuerdo las raídas
Nike que llevaba puestas el día en que se conocieron,
que había sido haciendo autoestop, en sentidos contrarios, uno frente al otro en la carretera: se habían puesto
a hablar porque no pasaba nadie. En la ciudad posmoderna por antonomasia, donde, como es obligado en
todo lo post, hasta el tiempo flota desprendido de la
Historia, el índice de criminalidad, sexo y drogadicción
en adolescentes ha crecido en los últimos 3 años en un
30.75%. Todo un ramal de autovías parte de Las Vegas
Boulevard, para desarrollarse por el desierto en busca
del horizonte con una estructura arborescente mientras
como frutos extraños le van creciendo multitud de lugares mágicos en forma de apartahoteles. Están viendo la
tele y Denny saca del bolsillo un paquetito hecho con
papel de periódico que encontró en un contenedor.
Ante la mirada de su madre y hermanos lo abre y mues-
tra bajo el flexo tres dedos de pie derecho de un deste-
llante morado opalescente con las uñas pintadas de rojo.
Gensanta!
ResponEliminaAlguien da más?
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